Antecedentes
Desde el año 1960 un grupo de comerciantes locales comenzó a gestionar la creación de la Cámara de Comercio de La Dorada, mediante decreto 075 de 13 de enero de 1961 firmado por el entonces presidente Alberto LLeras Camargo. En el mencionado decreto se le adscribía ejercer funciones en los municipios de Manzanares, Marquetalia, Victoria, Pensilvania, Samaná con sus respectivos corregimientos, y posteriormente su jurisdicción se extendió a los municipios de Puerto Salgar en Cundinamarca y Puerto Boyacá en Boyacá.
Para dirigirla se celebró la primera Asamblea de Afiliados, el 6 de mayo de 1961 y en ella se eligió la Junta Directiva, cuyo primer presidente fue el señor Julio Barrera Isaza y Vicepresidente el señor Alberto Valderrama Ferro, el primer Secretario Ejecutivo fue el señor Gabriel Mahecha Bautista.
Visionarios que dejaron huella: La homogeneidad no era la característica principal de los integrantes de aquella nómina de lujo que en 1961 se dio a la tarea de fundar la Cámara de Comercio de La Dorada. Se diría que – por el contrario- su rasgo dominante fue el de la heterogeneidad, pues casi cada uno de ellos desempeñan actividades disímiles.
Así, Julio Barrera Isaza era un hombre que en sus años mozos había estado en España donde practicó la tauromaquia. Se dedicó de lleno a la ganadería, montando una de las más productivas haciendas de las inmediaciones de La Dorada, actividad que alternó con la política y la tinterillería hasta haber sido diputado, concejal y alcalde de La Dorada.
Alberto Valderrama Ferro montó la que fue quizá la primera librería de la ciudad, y no pocos tuvieron que haber sido los que aprendieron a leer y escribir en los textos y cuadernos escolares que se vendían en su Almacén La Feria.
Hernando Rodríguez Lara era comerciante en el amplio sentido de la palabra. Muchas son las casas que hay en La Dorada cuyos techos debieron haber sido hechos con las tejas Eternit que él vendía.
Luis Fernando Peña, yerno de un curtido comerciante conmo fue don Pablo Urazán, contribuyo al desarrollo urbanístico de la ciudad construyendo un edificio frente al Parque Gaitán, donde se vendía diferentes productos. No se perdía reunión de Junta Directiva.
Jorge Zambrano Lozano, un melgareño que por puritito mismo de no permanecer quieto, sacó adelante obras como el Motel Magdalena y la Estación de Servicio Ya, y a quien en correspondencia lo declararon un día persona no grata porque intrigó ante el Ministerio de Obras Públicas para que construyeran la Variante, obra que por entonces se consideró que iba a acabar con La Dorada.
Luis San Miguel familiarizó a la ciudad con la trilla de arroz y otros productos, con un molino en las inmediaciones de lo que hoy es el Estadio.
El bacteriólogo Luis Alberto Soler Villalobos era un hombre con una voluntad de servicio tal, que no dudó un instante en comprometerse en la tarea que se fundara la Cámara de Comercio. Se dedicó después por entero a la política, habiendo sido tesorero de La Dorada y suplente en un renglón a la Cámara de Representantes.
Carlos González Franco fue un comerciante de pura cepa. Montaba proveedoras como otros montaban fincas y sirvió en forma muy desinteresada al comercio de la ciudad a través de la Cámara y otras entidades.
Rafael Bruno vino de los Santanderes. Se enamoró de La Dorada y a la actividad mercantil le dedicó muchos años.
Roberto Pineda O. fue dentista. Y como era oriundo de Pensilvania, sus amigos solían tomarlo del pelo, diciéndole que era egresado de la Universidad de Pensilvania. Un hijo suyo se hizo odontólogo.
El médico Gonzalo Duque Gómez fue el primero en utilizar anestesia en el Hospital San Félix. Su vínculo con el comercio lo tuvo a través de una farmacia.
Estos hombres fueros los encargados de sentar las sólidas bases sobre los que ha descansado siempre la Cámara de Comercio de La Dorada. Mientras las circunstancias así lo exigieron, todos estuvieron de acuerdo en que la Cámara funcionara en armonía con Confamiliar y Fenalco.
Casi siempre las juntas directivas de las tres entidades estuvieron integradas por personas perteneciente a cada una de ellas y ello permitió que pudieran salir avantes, en especial la Cámara y la Caja de Compensación Familiar.